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Lo estropeamos. Pusimos anuncios en Internet comparando nuestro producto con otros de Unilever. Y después de recibir una elocuente carta legal de la sede de Unilever, hicimos una oferta de paz a su director general, Alan.
El olivo iba acompañado de la siguiente carta, impresa en cartulina reciclada, por supuesto...
También nos pusimos en contacto con Alan en Linkedin y todo el mérito es suyo por esta brillante respuesta.
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Thanks Tom, a good result for all we think. Lovely tree too.
Thanks, Tom!
Gotta respect how you handled this (even if your intentions were pure initially, in my opinion)
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