¿Cuántos correos electrónicos has enviado hoy? ¿Y mensajes de WhatsApp? ¿Cuántas canciones has escuchado? Suponemos que ya has hecho bastante, incluso si estás leyendo esto con tu café matutino. Puede parecer que todas estas acciones tienen lugar en una burbuja tecnológica que no tiene mucho impacto en el medio ambiente, pero en realidad cada una de esas actividades tiene un pequeño coste. Hoy hablaremos de la sostenibilidad digital y de su impacto en el medio ambiente.
¿Qué es la sostenibilidad digital?
La sostenibilidad digital es lo mismo que muchos otros tipos de debates sobre sostenibilidad. Analiza cómo podemos hacer que nuestra huella digital sea lo más sostenible posible, tanto a escala mundial como a nivel individual.
Si utilizas Internet, lo más probable es que utilices algún tipo de computación en nube. Piensa en Google Drive, Dropbox y Office 365. Todos estos productos significan que tus fotos, mensajes y vídeos se almacenan en la nube y no en tu dispositivo.
En general, esto es más sostenible que almacenar los datos en objetos físicos de tu propiedad: la nube consume menos energía de fabricación y es menos derrochadora que los CD, por ejemplo. En cambio, todos estos elementos basados en la nube se almacenan en enormes centros de datos que, aunque necesitan energía para mantenerse refrigerados, son relativamente eficientes para las enormes cantidades de datos que almacenan.
¿Cuál es mi huella de carbono digital?
Elegir el centro de datos correcto es importante si eres una gran empresa, pero a nivel individual, probablemente no importe demasiado. Los datos que utiliza cada uno de nuestros movimientos online pueden parecer increíblemente pequeños, pero como sabemos, todas esas pequeñas cosas suman. Así que la pregunta es, ¿cuánto carbono consume realmente tu uso de datos cada día?
Empecemos por el correo electrónico. Un mensaje de spam consume 0,3g de CO2ey un correo electrónico con un archivo adjunto importante, como una foto o una presentación, consume 50 gramos. Enviar un mensaje de WhatsApp o Facebook Messenger consume una cantidad de carbono similar a la de un correo electrónico, mientras que enviar un tweet consume aproximadamente 0,2 g de CO2e.
Según las propias cifras de Google, un usuario medio de sus servicios (alguien que realiza 25 búsquedas al día, ve 60 minutos de YouTube, tiene una cuenta de Gmail y accede a algunos de sus otros servicios) produce menos de 8 g de CO2e al día.
De todo esto se deduce que cualquier cosa que contenga vídeo consume más CO2e que algo que sea solo texto, así que te preguntarás qué pasa con las videollamadas ahora que todos estamos tan acostumbrados a que funcione el Zoom. Un estudio de 2012 estimó que una reunión de cinco horas celebrada a través de una llamada de videoconferencia entre participantes de diferentes países produciría entre 4kg (8.8lbs) CO2e y 215kg (474lbs) CO2e. Esto puede parecer mucho, pero es importante recordar que muchas reuniones de Zoom sustituyen la necesidad de reunirse en persona, por lo que son mucho mejores para el medio ambiente. Según el mismo estudio, las videoconferencias producen sólo el 7% de las emisiones de una reunión en persona. Otro estudio concluyó que "el impacto de un viaje en coche supera el impacto de una videoconferencia a menos de 20 km".
Si te cuesta poner todo esto en perspectiva, ¡todas las cifras anteriores son superpequeñas! Para contextualizar, se necesitan unos 71g de CO2e para preparar una taza normal de té o café.
Cómo ser más sostenible digitalmente
Así pues, hemos echado un vistazo a las cifras y, para la mayoría de la gente, el uso diario de sus datos no produce tanto CO2e, y la mayoría de las empresas de almacenamiento en la nube parecen comprometidas con la sostenibilidad de sus centros de datos. ¿Así que esto nos lleva a la conclusión de que no es necesario que limpies tu entorno digital?
Bueno, siempre nos gusta recordar que cada pequeña diferencia ayuda. Según la compañía energética OVOpodríamos ahorrar colectivamente muchas emisiones de carbono. Si todos los adultos del Reino Unido enviaran un correo electrónico de agradecimiento menos, se ahorrarían 16.433 toneladas de carbono al año, el equivalente a retirar de la circulación 3.334 coches diésel.
La limpieza digital también tiene otras ventajas. Todos hemos oído alguna vez la frase "cuarto ordenado, mente ordenada", y el mismo principio se aplica al portátil y al teléfono. Está demostrado que el desorden innecesario puede estar relacionado con la depresióny elevados niveles de estrés, y ver 16.000 correos electrónicos sin leer no es más que otra forma de desorden en nuestras vidas.
Aquí tienes nuestros mejores consejos para hacer limpieza digital, no sólo para reducir tu impacto ambiental, sino también para mantener bajos tus niveles de estrés y tu ordenador libre de desorden:
- 📧 Elimina los correos electrónicos no leídos. Si hace años que no los necesitas, es hora de que desaparezcan.
- ☁️ Utiliza soluciones basadas en la nube. Suelen ser más respetuosas con el medio ambiente y generan menos desorden físico que los CD, lápices de memoria o discos duros externos.
- 📰 Date de baja de boletines innecesarios
- 🗂️ Dedica un tiempo a revisar tus archivos una vez por temporada. Elimina los archivos e imágenes que ya no necesites y organiza el resto en carpetas estructuradas fuera de la pantalla de inicio.
- 🖥️ ¡Cierra las pestañas del navegador! Mantener abiertas pestañas y ventanas innecesarias, especialmente si tienen contenido de vídeo en la página, reducirá los datos de forma masiva
La misma historia de siempre
Como solemos repetir, la responsabilidad de elegir prácticas sostenibles debería recaer en las grandes empresas, no en los individuos que consumen menos carbono digitalmente que preparándose una taza de té. Google, Amazon, Microsoft y otras empresas de centros de datos deben hacer más para ser no sólo neutras en carbono, sino negativas en carbono, y utilizar su enorme riqueza para encontrar soluciones prácticas al cambio climático.
Sin embargo, esto no significa que no podamos aportar nuestro granito de arena individualmente. Merece la pena tener en cuenta nuestros hábitos de uso de datos, sobre todo porque mantener un espacio de trabajo digital más ordenado puede tener otros beneficios para la salud mental.
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